– ¿Viajas sin dueño?
– Sí, tengo frío.
– ¡Ya no hurgues los desechos!
– Tengo hambre, y la gente me perturba.
– ¿Quieres venir a casa conmigo?
– Nadie quiere a alguien como yo.
– ¡Vamos, estás en la miseria! ¡Estás verde de frío!
– ¿Dónde duermes? ¿Tú también duermes en el suelo?
– Duermo en una cama de mi casa.
– ¿Tú eres Dios? Dicen que las madres son Dios.
– Si tú quieres, lo puedo ser. Vamos a casa.
– Si eres Dios ¿por qué me habías abandonado?
– La verdad, no lo sé, solo quiero que vengas conmigo a casa. A mi hijo le agradarás.
– Siempre he querido una casa.
– Vamos, está oscureciendo ya no hay gente en este sitio.
– Iré a tu casa, me quedaré con tu hijo. Seguro me necesitará.
– Está bien, toma mi mano.
– ¿Quieres que te cuente un secreto, mujer?
– Sí.
– Los perros no hablamos.
*Una suerte prevista de: https://ispamagadotcom.wordpress.com/2016/12/11/bivivido/
A veces no hace falta hablar, los perros dicen mucho más con sus ojos que los hombres con sus palabras.
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Vivo con eso.
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Me mataste con el final *_*
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hahaha, =$ Gracias.
Quiere decir que fue bonito. :3
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¡Qué final!
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:3 Gracias!!
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Lee acá: https://ispamagadotcom.wordpress.com/2017/05/15/dialogo/
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Muy buen cuento
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Gracias por tu comentario :3
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