Alejo Carpentier en su libro Los pasos perdidos, nos narra sobre un funcionario casado con una artista de teatro (Ruth) que viaja bastante, se ven poco y su relación no es muy satisfactoria. El protagonista tiene una ocupación secundaria, la cual es descubrir los orígenes de la música a través de los instrumentos. En los primeros 5 capítulos vemos desde revolución, ciudad en ruinas, un viaje río arriba en la espesa selva, una escritura musical entre otros temas.
Mi interés en leer esta novela es porque tiene diversas lecturas. Se plantea en ella un imaginario textual que se representa como signo literario. Me refieren, como lectora, a un mundo en el que no solo basta viajar físicamente, sino que, además, nos sumerge en el espacio-tiempo y mito, entendiendo como espacio Latinoamérica. Esta novela me llama la atención porque nos presenta a un personaje que muestra la deconstrucción de la identidad cultural del hombre americano. Es por ello que, mientras leo el texto, coincido lo que es textualidad con historia, así mismo, la lectura de la novela de Carpentier implica una actitud abierta a los enunciados.
Para Roland Barthes, todo texto es un espacio de dimensiones múltiples donde se encuentran y se interpelan escrituras variadas. Así, en su texto Escribir la lectura, Barthes intenta sistematizar el cuerpo en un movimiento de cabeza cuando leemos, es decir, una lectura irrespetuosa. Dice también, que la lectura crítica funciona como un ente microscópico. Decidí leer a Carpentier por la importancia que tiene su escritura, donde encuentra en el lenguaje y en la propia literatura maniobras y contradicciones sobre el ser humano.
Según Barthes la texto-lectura es poco conocida porque desde hace siglos no hay un interés en el lector, pero resulta un poco arbitraria esa imposición ya que los lectores somos consciente de que la verdad no es más que un juego discursivo y Carpentier imita textos, juega con ellos, y por lo tanto, como lectores, nos introduce en la reescritura a partir de nuestra mirada con el entorno.
Una línea que permitió que la lectura juegue con mi cuerpo
En mi casa me esperaba el desorden dejado por Ruth en su partida; la mera huella de su cabeza en la almohada; los olores del teatro. Y cuando sonara un timbre sería el despertar del objeto, y el miedo a encontrarme con un personaje, sacado de mí mismo, que solía esperarme cada año en el umbral de mis vacaciones.
Leer esas líneas permitió que juegue con mi memoria y logra que uno cree una media sonrisa pensando en lo bien que nos hacer leer. Para Barthes, leer es hacer trabajar a nuestro cuerpo siguiendo la llamada de los signos del texto.
Los primeros 5 capítulos de esta novela se presentan como un relato de viaje, escrito en forma de diario. Se puede empezar a leer esta novela como un sistema hipertextual donde las referencias artísticas y literarias, tales como: Odisea, Comedias americanas, Prometheus, entre otras, y el juego del tiempo nos generan sentidos. En Carpentier, el lector construye procesos temporales, lo que nos permite crear, enlazar, tener referencias y de esta manera nos enfrentamos al acto de leer.
Para Barthes, “el autor está considerado como eterno propietario de su obra, y nosotros, los lectores, como simples usufructuadores”, esto nos muestra que el autor tiene el completo derecho sobre nosotros los lectores, y nos obliga a tener una determinación de la obra, pero el desarrollo de la novela, desde el inicio, nos muestra un viaje que es imposible no vivirlo desde el asiento de lectura; podemos pensar en ese desplazamiento y al mismo tiempo, nos situamos en la experiencia del otro y nos enfrentamos a una realidad que se libera por medio de un diario como punto esencial entre la liberación de imágenes y texto y el estado de la memoria, haciéndonos partícipes de la lectura como dice Barthes, ese texto que escribimos cuando leemos.
bravo… me quedo
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Suena muy interesante el libro, me encanta tu blog.
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Muchas gracias por pasar y leer mi blog. Feliz año nuevo
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Igualmente, feliz Año Nuevo.
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Hace tanto tiempo que lo leo. No había un trama del Edén perdido en la selva? Gracias por tu presentación del libro.
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Síííí el escritor quiere jugar el papel de Adán en el jardín del Edén perdido en la selva!
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Bueno, ¡me alegra que lo haya acordado bien! Creo que lo tenía un poco confundido con La Vorágine.
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